Importancia del autoexamen de mama

Importancia del autoexamen de mama

El autoexamen de las mamas es un procedimiento realizado por la mujer para examinarse física y visualmente y detectar cualquier cambio en sus mamas o axilas. No se ha demostrado que el examen por sí solo pueda determinar con precisión la presencia de cáncer de mama.

Por lo tanto, la autoevaluación no se debe utilizar para reemplazar, sino para complementar, el examen clínico de las mamas, realizado por un profesional de la salud y la mamografía.

El cáncer mamario es uno de los tumores malignos más frecuentes y agresivos. Detectado y tratado oportunamente puede ser curable en su totalidad.

¿CUÁNDO SE DEBE HACER EL AUTOEXAMEN DE LAS MAMAS?
Al hacerse regularmente el auto-examen, se puede establecer cómo son normalmente y estar mejor preparada para detectar cualquier cambio. Las mujeres deberían hacerse este autoexamen a partir de los 20 años y durante toda su vida; aún si están embarazadas o después de la menopausia.

La autoevaluación debe hacerse cada mes. Familiarícese con el aspecto y tacto normal de sus mamas para notar cualquier cambio.

Si todavía menstrúa, el mejor momento para hacerse el examen, es varios días o alrededor de una semana, después de que el periodo termine. Estos son días en que es menos probable que sus mamas estén adoloridas o inflamadas.

Si ya no está menstruando, elija un día, por ejemplo, el primer día de cada mes, para recordar hacerse la auto evaluación de las mamas.

Si está tomando hormonas, hable con su médico para saber cuándo debe hacerse el examen y sus controles médicos

La inspección conviene efectuarla estando la paciente sentada con sus brazos colgando a los lados, apoyados a cada lado de la cintura o levantados. Se deben observar ambas mamas en forma simultánea para comparar la simetría de ellas, el aspecto y orientación de los pezones, posibles deformaciones o retracciones, y si existe compromiso de la piel.

Si el pezón está aplanado o retraído (umbilicado) por muchos años, no tiene mayor importancia, salvo la dificultad que puede ocurrir para amamantar. Si la retracción es del último tiempo, puede deberse a un cáncer.

Las mamas voluminosas son más difíciles de examinar y la posibilidad que se escape un nódulo es mayor. Frente a esta posibilidad conviene indicar mamografías después de los 40 años y ultrasonografías cuando sea necesario realizar estudios antes de los 40 años. Se consideran factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama:

La edad (riesgo progresivo).
Familiar cercano que haya tenido cáncer de mama (madre, hermana, abuela, tía).
Antecedentes de haber tenido con anterioridad un cáncer de mama.
Menarquia precoz (antes de los 12 años),
Primer parto después de los 30 años.
No haber tenido hijos.
Menopausia después de los 55 años.
Las mujeres deben tener el hábito de autoexaminarse por lo menos una vez al mes. Para esto levantan un brazo y se examinan la mama con la otra mano. Una buena oportunidad es efectuarlo en la ducha o al acostarse. Si están acostumbradas a este procedimiento, notarán precozmente una lesión nueva.

Por el pezón pueden salir distintos líquidos en forma espontánea o exprimiendo la glándula o el pezón mismo. Estos líquidos pueden tener un aspecto lechoso o ser de otro tipo (seroso, hemático o purulento), según la causa que los produzca. En el embarazo, la lactancia, trastornos endocrinológicos o por efecto de medicamentos puede salir una descarga lechosa.

Entre las lesiones palpables destacan los nódulos de una condición fibroquística de la mama. También lesiones de bordes nítidos que corresponden a fibroadenomas y que son más frecuentes en mujeres jóvenes.

La palpación de las axilas tiene especial importancia por la posibilidad de encontrar ganglios comprometidos.

Fuente:

http://www.hospitalparavida.com/

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