Cómo el Estrés Influye en un Ataque Cardiaco Y Riesgo de Derrame Cerebral

Cómo el Estrés Influye en un Ataque Cardiaco Y Riesgo de Derrame Cerebral

La acumulación de grasa persistente, presión arterial alta y un ataque cardiaco, solamente son algunas de las muchas consecuencias para la salud asociadas con padecer un estrés crónico. Asimismo, el estrés agudo podría tener consecuencias potencialmente mortales.

Hay una gran cantidad de pruebas que demuestran que el estrés afecta su salud. Y puesto que su corazón y mente están tan estrechamente interrelacionados, su estado mental podría tener una influencia particularmente significativa en su salud cardiaca.

De acuerdo con recientes investigaciones, el estrés aumenta el riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral, al causar hiperactividad en su amígdala.1,2,3 Conocido como el centro cerebral del miedo, esta región del cerebro en forma de almendra, situada en su lóbulo temporal, se activa en respuesta a amenazas percibidas y reales.

Además, otras recientes investigaciones sugieren que la amígdala está involucrada en el procesamiento de otras emociones, incluyendo las positivas, así como el procesamiento de recuerdos emocionales de todo tipo.

Sin embargo, está bien establecido esta relación con el miedo y detección de amenazas; y una de sus funciones más básicas es mantenerlo seguro, al prepararlo bioquímicamente para luchar o huir, según sea necesario.

En este estudio, en el que participaron 293 personas, se midieron los niveles de inflamación, así como la actividad cerebral y de la médula ósea. Todos los participantes tenían más de 30 años de edad, y ninguno padecía algún problema cardíaco diagnosticado.

Al final del período de observación–que duró entre dos y cinco años–22 participantes habían experimentado un evento cardíaco grave, tal como un ataque cardíaco, derrame cerebral o angina (dolor en el pecho).

Basados en exploraciones cerebrales, los investigadores pudieron concluir que las personas con mayor actividad en la amígdala tenían un riesgo elevado de evento cardíaco. Con base en los resultados, parece haber una correlación significativa entre la actividad de la amígdala e inflamación arterial (que es un factor de riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral).

Esto se confirmó en otro subestudio, mucho más pequeño, que incluía a personas que tenían antecedentes de trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés).4,5

Además, en este, se midieron los niveles de proteína C reactiva, lo que demuestra que los que reportaron tener niveles superiores de estrés también tenían la actividad de la amígdala más alta, y mayores niveles en los marcadores inflamatorios.

El estrés también podría promover o desencadenar un ataque cardiaco, de otras maneras. Por ejemplo, los estudios8 han demostrado que a medida que su nivel de estrés aumenta, también el nivel de glóbulos blancos promotores de enfermedades; y sin embargo, esta es otra forma a través de la cual el estrés podría causar aterosclerosis, ruptura de placas e infarto del miocardio.

Durante los momentos en que su cuerpo experimenta elevados niveles de estrés, también libera noradrenalina, la cual los investigadores afirman9 que podría provocar la dispersión de biopelículas bacterianas de las paredes arteriales. Esta dispersión podría permitir que los depósitos de placa se rompan repentinamente, lo que desencadenaría un ataque cardiaco.

Fuente:

http://articulos.mercola.com/

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